domingo, 5 de abril de 2015

Creí verte...

 Imagen tomada de internet

Creí verte... El otro día, mientras caminaba por la calle, creí verte...

Me pareció que esa silueta era tuya... Ese cabello oscuro y abundante recogido en un moño rápido, así, como descuidado, con esos cabellos que quedaban sueltos y que revoloteaban con la brisa. Esos vaqueros ceñidos y camiseta de manga corta que marcaban tu silueta y que tú llevabas con la misma naturalidad que si llevases un pijama... 

Creí verte... Caminando con paso rápido y un bolso colgado de un hombro de piel morena, como cuando ibas hacia el trabajo al dejarnos después de comer o cuando te veíamos marchar camino al coche para volver de nuestra casa a la tuya...

Creí verte... Y no sé por qué, pero mi corazón se encogió por un instante, pensando en que quizá, si eras tú, mirarías hacia atrás y nuestros ojos se encontrarían y se volverían a hablar sin palabras. Y me turbó por un momento la certeza de que, aunque así ocurriera, sólo se encontrarían los ojos, nunca más las manos, los labios, los cuerpos, los silencios...

Creí verte... Cuando esa silueta se paró repentinamente en una esquina y con movimiento rápido se giró cogiendo el móvil del bolso. Pude ver el rostro, serio, con ojos algo tristes, con labios carnosos y naturales que se abrieron para contestar y la mano contraria que apartaba un mechón rebelde... Entonces fui consciente de que en realidad creí verte, pero no te vi...

2 comentarios:

  1. Todo el vello de punta, Perséfone.

    Y casi mejor, ¿sabes? Porque imagínate que se encuentran los ojos, y ya no hay ese destello, ni esa sonrisa en la mirada, ni las ganas,... Eso escuece... :/

    ¡Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabes Bettie, escuece igualmente... Perdona por tardar tanto en contestar... Abandoné el blog y con él tus comentarios únicos, en todos los sentidos...

      Eliminar

¿Y tú qué piensas?